viernes, 30 de enero de 2009
miércoles, 28 de enero de 2009
jueves, 22 de enero de 2009
miércoles, 21 de enero de 2009
sábado, 17 de enero de 2009
miércoles, 14 de enero de 2009
Ella espera sentada, pagaría por volverlo a ver. Se siente mareada, no sabe qué tiene que hacer. [...] No sufras por nada que te tenga en segundo lugar, no quedan palabras que hieran todavía más. [...] Llorá si querés, sólo si querés. Pero cuando pares no olvides saber que sabés que se te ríe en la cara y no es la primera vez, que se acerca la noche y te empieza a perder.
domingo, 11 de enero de 2009
Ni los, ni nos, ni vos ni yo debemos cargar esta cruz. Comprender, aceptar. Hicimos nuestro camino al caminar, y hoy decidimos frenar acá no vamos al mismo lugar. Traté de hacer a mi bien tu bien, y ves bien que me salio mal. No acostumbro a fracasar. Dijiste hasta acá ya fue me voy, mi vida no está junto a vos. Ya me canse que te de igual si soy feliz o no lo soy. Comprender, aceptar. Parecía tan fácil como sumar tu amor y mi lealtad mi ternura y tu amistad. A veces Marte y Venus se llevan mal. No es cuestión de maldad. Es duro aprender a amar. Y acá estoy despidiéndome, mascando tu rencor, lo sé. No me quedo más que aceptar, soy tan culpable como vos. Yo también deje de regar la flor de la superación. Comprender, aceptar. Prometiste cuidarme sin importar y hoy ya no importa mi bienestar, lo importante es tu ansiedad. Regió mi vida al azar una vez ¿sabés? No me gusta apostar, siempre me tocó pagar. Yo me propuse superar tu ausencia a pesar del dolor. Vos preferís no analizar, seguís en busca del amor. Comprender, aceptar. Por más gotas de sal que le robe al mar, por más flores que un rosal. Hoy nos toca despegar. Por más gritos de paz, por más soledad. Que hoy castigue mi voluntad. Por los dos ya no va más. Y acá estoy despidiéndome, mascando tu rencor, lo sé. Estoy confiando que el tiempo nos dirá qué hacer. Y acá estoy despidiéndome mascando tu rencor, lo se. Estoy confiando que el tiempo nos dirá que asi estuvo bien.
¿Cómo hacés? Conozco todos tus trucos, pero aún así me das que pensar. [...] Ya estoy bien, ya me ordené en mi desorden, y aquellas voces no me hablan más. Por favor, mentime y dame la espalda, otra vez no quiero patinar. Y me esperás, más de la cuenta siendo siempre el que yo soñe. Y firme yo, me encierro en que es peor, amar y envejecer.