lunes, 25 de enero de 2010

No hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista.

Me enamoré de ti, por eso yo sufrí. Tu me hiciste infeliz, y hoy te burlas de mi. No hay mal que dure cien años, ni tu amor que hace daño impedirán que yo tenga un nuevo amor. Me mentiste y esa noche con otra tu me la hiciste, no te importo ni siquiera que tu me viste. Y mucho menos que a mi corazón heriste. Todo este tiempo que estuviste conmigo de tu parte solo recibí castigo, yo te amé tanto el señor es testigo, no quiero ser ni siquiera tu amiga. [...] Ojalá que puedas conseguir, alguien que si te haga muy feliz y que en nada se parezca a ti, porque ahí te acordarás de mi.

No hay comentarios:

Publicar un comentario